Wednesday, February 18, 2009

La vida retirada

Así vemos en “La vida retirada” por Fray Luis de León, todo el universo hace ruido, pero hay un ruido que es lo más tranquillo. Tengo mucha experiencia con este tipo de ruido. Porque vivo en el centro de los Estados Unidos—donde el cazar y pescar son populares—acompaño a mi padre muy a menudo al campo a cazar. Aunque Oklahoma City no es una ciudad tan urbana que la Ciudad de Nueva York o cualquiera que “nunca duerme,” afirmo que me exige muchísimo experimentar el puro silencio dentro de ella. La verdad es que jamás me metía en ese silencio hasta que cacé la primera vez. Recuerdo de ese viaje nada excepto el medioambiente. Podía ver cada movimiento minúsculo del viento sobre la hierba. Podía ver los insectos demasiados microscópicos que ver a simple vista. Podía distinguir entre los soniditos que usualmente suenan al unísono cuando se combaten en la vida urbana. En realidad el silencio del campo era más ruidoso que el ruido de la ciudad, pero aquél me rejuvenecía en vez de fatigar.

Monday, February 16, 2009

La rosa

Parece que la rosa siempre tiene el simbolismo del amor. El día de San Valentín fue el sábado pasado, y mi compañera de apartamento recibió una docena de rosas rojas de su novio. Él le ha regalado muchos ramos de flores en varias ocasiones, pero esta vez fue la primera en que le regaló las rosas a ella. ¡Que la mirada de ella completamente se trasformó al verlas! Fue algo especial.

Lo mismo ocurre con mis padres casados por 25 años. Aunque mi padre no le regala flores a mi madre tanto como el novio a mi compañera de apartamento, el fenómeno persiste. Pienso que las rosas tienen significado más profundo que simple memorizar el amor. Para mi madre, cada ramo de rosas le recuerda del amor entre ella y mi padre que ha persistido desde el principio, y la rosa señala la bella natura persistente del amor. Para Garcilaso de la Vega en el Soneto XXVI, la rosa señala la natura efémera de la belleza, y también del amor. Aunque lo efémero y lo persistente parecen opuestos, pueden ser unidos en el amor?

Thursday, February 12, 2009

ODIO LOS EXAMENES

¡Odio los exámenes! Aunque es un sentimiento común entre todos los estudiantes del primero grado hasta el último curso de la universidad, me son una gran pesada los exámenes. Siento que los exámenes no son buen prueba de lo que aprendo en el curso. Otros estudiantes me critican por sentir eso, ¡porque saco un “A” en casi cada uno! Lo que esos estudiantes no comprenden es que un “A” no indica que yo he aprendido nada. Puedo posponer todo hasta el día antes del examen y recordar solo lo mínimo para sacar el “A,” y olvido todo dentro de la hora. Al mismo tiempo, no siento que puedo decir nada de esto porque me hace parecer arrogante.

La otra razón porque odio los exámenes es que me exigen gastar todo el tiempo memorizando hechos e información, y eso me elimina el tiempo para investigar, explorar, pensar, descubrir, meditar, y alegrarme en la pura actividad de aprender. Dicen que uno aprende la mayoría de lo necesario en la niñez, la cual es el tiempo en que no hay pruebas formales por ninguna parte. ¿Cómo aprenderían los estudiantes si pudieran ver el mundo como lo veían de niño?

Monday, February 9, 2009

La mujer de Lázaro

La historia de Lázaro se termina con una narración de la mujer de Lázaro y los problemas que Lázaro encuentra con ella. La sospecha que la mujer le sea infiel a Lázaro con el arcipreste paralela la sospecha de Rama a su marida Sita en el cuento indio Ramayana. En ese poema épico el malvado Ravana captura a Sita, y Rama mata a Ravana para salvar a Sita. Aunque Rama todavía ama a Sita, renuncia a ella de su matrimonio porque no sabe si fuera pura durante su cautividad. Al fin, los dioses les reúnen a Rama y Sita, porque es claro que ella es siempre pura. Los ayudantes del poema épico se alegran en la armonía final.

Aunque la sospecha de Lázaro a su mujer es semejante, la historia no es. No hay ninguna prueba de la puridad de su mujer—solo hay la confianza de Lázaro en ella. Pero al fin la sospecha no desparece. Los ciudadanos todavía piensan que la mujer le da el cuerno a Lázaro, y por eso los lectores del cuento no pueden alegrarse en ninguna armonía final. Por eso, pienso que Lázaro debía hacer algo para probar la fieldad de su mujer o para eliminar la sospecha de los ciudadanos. ¿Es la confianza suficiente en cada situación?

Thursday, February 5, 2009

La pobreza

Es fascinante que al fin de Lazarillo de Tormes Lázaro sale la pobreza. Por toda la vida suya la pobreza es casi todo que sabe. El hambre dado por todas las autoridades de su vida esforzaba las acciones malas y el carácter malo. Esforzaba su natura pecaminosa.

Lázaro no sale la pobreza por continuar robar como antes. Acumula su fortunita justamente. Sufre debajo de muchos amos injustos, y casi muere de hambre por la omisión de comida en parte de estos amos. Tiene que seguir pecar para obtener comida. Con el sexto amo, este no es el caso. Si Lázaro cumple sus obligaciones para este amo, el amo le permite a Lázaro guardar todo dinero extra.

Con esto es claro como purificar la vida de la mala que es la pobreza. Es necesario proveer las oportunidades de ganar dinero sin pecar. También es obligatorio purgar las tendencias malas de los amos, de los jefes, y de todas las otras autoridades del mundo, ejemplificado en este cuento por los primeros cinco amos de Lázaro. Afirmar la vida humana en general exige negar todas las instituciones que esfuerzan la natura pecaminosa por privarle a la gente las cosas básicas.

Monday, February 2, 2009

El hambre

El hambre es nada más que síntoma de ser humano. Por eso, hay poco más inhumano que morir de hambre. La falta prolongada e innecesaria de comida—que es la necesidad más básica de la vida humana—deshumaniza al individuo.

Así es el caso de Lázaro en Lazarillo de Tormes. Cuando sirve a dos amos que pueden darle todas las cosas básicas de vivir—comida, agua, protección, etcétera—él se encuentra con la falta de esas cosas, aunque ambos amos las tienen en plenitud. Es que el hambre le causa volverse loco, y empieza a volverse inhumano. Al ciego le mata. Al ciego y al clérigo les roba de sus preciosas comidas. El lector no puede darle la culpa al Lázaro porque muere de hambre, y le considera al Lázaro justo en actuar como si no fuera humano, negando la vida por la suya negada.

Cuando se encuentra con su tercer amo, la situación del hambre no cambia. Todavía no tiene hambre, pero porque el amo también casi muere de hambre, ambos Lázaro y el lector se sienten por ese individuo. Lázaro empieza a actuarse como humano, pidiendo comida en vez de robar por ella. La diferencia entre este hambre y el hambre del pasado es que el hambre no es producto de omisión innecesaria por parte de la persona que tiene la comida.